Desde la instauración de la responsabilidad de las personas jurídicas al reconocerse el poder que estas poseen en las dimensiones económica, social y política; se han rediseñado constantemente las medidas preventivas de comisión de infracciones o delitos que vinculen a la sociedad, sus representantes o colaboradores. A consecuencia de la incidencia del comportamiento corporativo, el control del riesgo es trasladado a las empresas a fin de desarrollar una autorregulación que mitigue contingencias de diversa índole, proteja a los stakeholders (personas o entidades con interés en la empresa) y desde el punto de vista empresarial, prosiga en la consecución de prácticas de buen gobierno corporativo.
Al respecto, apreciamos la implementación de medidas destinadas a cumplir con la legalidad y disposiciones de nivel interno (políticas propias) y externo que en conjunto se conocen como “compliance o cumplimiento normativo”, siendo relevante para el conocimiento de todas las clases de riesgos en la empresa, implementar mecanismos de prevención e identificación, así como acciones para mitigarlos en la medida de lo posible.
Para poder conseguirlo, dentro del campo de acción de las empresas se han desplegado una gran diversidad de iniciativas de buenas prácticas corporativas, las cuales han podido dotar de cierta eficiencia operativa y con el tiempo ser internalizadas en la cultura organizacional; sin embargo, ante la existencia de nuevas normas, se acrecienta un complejo entorno legal que necesita ser adecuadamente cumplido.
Garantizar la observancia de las normas por medio del compliance, evoluciona progresivamente pues es más que colocar en blanco y negro definiciones de determinados procedimientos generales; es ser y hacer una cultura de cumplimiento en la organización que promueva la ética, la integridad y las buenas prácticas del gobierno corporativo al interior de la empresa.
Por ello, el Instituto Peruano de Compliance asume el compromiso en fomentar la mejora continua del papel del compliance en las organizaciones, así como la capacitación y especialización permanente de sus operadores.